Reflexión 30 de Junio

Buenos días.
En circunstancias mejorables el optimismo es una manera de superar las situaciones que están siendo negativas o, al menos, poco favorables.
Las cosas son como son, y por más que se las quiera maquillar presentan su realidad más pronto que tarde; la cuestión será cómo se las hace frente.
Lo más conveniente será encararlas con el realismo necesario para obtener los resultados satisfactorios, pero aquí es cuando entra en juego si se encara con optimismo o al contrario, con pesimismo.
El optimismo buscará los aspectos más favorables de lo que se está encarando y siempre empujará para no cejar hasta alcanzar el objetivo.
Por el contrario, cuando no se plantean las cosas desde el optimismo, se hará, en consecuencia, desde una actitud más pasiva, más negativa, con lo que además de costar mucho más esfuerzo superar la cuestión de que se trate, se dejaran ir aspectos positivos por la desidia o pereza que lleva en sí el pesimismo.
El pesimismo es al fin negación, lo que ya impide lo más elemental en cualquier planteamiento que se quiera hacer para afrontar la cuestión que se trate.
De aquí que el filósofo Karl Popper dijera que “Ser optimista es un deber moral”, lo cual ya hace pensar, pues elevarlo a la categoría de ‘deber’ y que además sea ‘moral’, ya conlleva una carga de persuasión muy fuerte.
Habrá, por tanto, que hacer un esfuerzo por ser optimista, pero, sobre todo, cuando haya que afrontar situaciones más difíciles y, además, ayudar a los otros a que también descubran lo importante que es ser optimistas.
En este día miércoles, te pido que reces a San José por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, para que alcance para ellas gracia y bendición. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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