Reflexión 28 de Junio

Buenos días.
La convivencia permite expresar y expresarse de las más diferentes formas con los resultados más variables, pues según se actúe y se diga, así suelen ser los efectos.
San Francisco de Sales escribió algo muy iluminador para esto: “Si es preciso caer en un extremo…, que sea el de la dulzura”, porque, efectivamente, la palabra cariñosa y afable conlleva cercanía que hace más fácil la intercomunicación.
Hay personas que su carácter es en sí mismo bondadoso, en cambio otros tendrán que esforzarse para ser suaves y dóciles, pero todos necesitan beber de los consejos evangélicos en los que el Señor Jesucristo marca perfectamente los caminos y sus límites.
Dirá a sus apóstoles en la Última Cena: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros” (Jn 13,34-35). Y más adelante en la misma Cena afirmará: “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12).
Ahora estará en cada uno el seguir los deseos del Maestro y hacerlo con esa capacidad de dulzura, que si no se tiene natural, se consigue por la virtud y la caridad. Merece la pena ponerse a sí mismo la exigencia, pues muchas formas hay para agradar a Dios y a los hermanos.
No abandones a los Hermanos que nos encontramos aquí, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía, y reza hoy a la Santísima Virgen para que atienda maternalmente sus intenciones y necesidades, así como que nos guíe a todos por los caminos de la dulzura y del amor. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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