Reflexión 10 de Junio

Buenos días.
En la víspera de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y con el telón de fondo de la Fiesta del Inmaculado Corazón de María al día siguiente, vamos a reflexionar hoy de un valor capital en la vida humana.
Me refiero a la Esperanza, que para los católicos es una de las tres virtudes teologales, por lo cual adquiere una importancia superior.
Pero incluso vista desde un prisma humano, mira lo que dice Stephen King: “La esperanza es una cosa buena, quizás la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren”.
Pero esta ‘cosa buena’ que dice el escritor King, requiere que sea una esperanza que busque y aliente un futuro limpio.
Por ejemplo, una persona plantea un proyecto para el que ha de poner en marcha diferentes acciones, porque tiene unas perspectivas muy positivas; todo está proyectado en la esperanza de que resulte bien, pero si el objetivo que se busca o los resultados que se esperan se salen fuera de los valores morales, la esperanza que mueve todo el proyecto inicial no puede ser ‘cosa buena’, ni por supuesto ‘la mejor de todas’.
La Esperanza es el motor que mueve la existencia humana, pues de su mano las personas son capaces de ir sorteando los mil obstáculos de la vida y superando cualquier tipo de dificultad que se presente.
Y aquí sí que la encontramos como algo que perdura en el tiempo y acompaña a la persona hasta la plenitud de su existencia terrenal, dejándola ante la gran verdad que nos espera a todos: la eternidad, que ha de ser el encuentro con Dios Padre en su Amor y en su Misericordia.
Con la Esperanza real que mueve los corazones, te pido reces al Señor Jesús, para que venga en ayuda de todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en su Madre Amantísima. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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