Reflexión 14 de Junio

Buenos días.
Resulta un tanto curioso observar cómo las personas, conociendo perfectamente las diferentes etapas de la vida, se sorprenden cuando van alcanzándolas y reaccionando de las más diversas maneras.
Quizás la más dura de encajar es la vejez por múltiples razones, desde las carencias de fuerzas y de vigor hasta las dificultades que surgen en la salud y otras limitaciones.
Tiene muchos otros aspectos muy positivos: la experiencia, la sabiduría, el saber ver las cosas con serenidad…, pero siempre que se haya llegado a esta estación del camino terrenal con la madurez correspondiente y asumida.
Decía Henri-Frederick Amiel que “Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el dificilísimo arte de la vida”.
Creo que no se puede expresar mejor en una frase, pues la vida es un arte ‘dificilísimo’, máxime si se pretende hacer fuera de los luminosos caminos del evangelio.
Si se aceptan los consejos evangélicos, esto es, las enseñanzas de la Divina Revelación, contenidas en la Biblia en general y en los evangelios en particular, se podrá avanzar construyendo día a día una realidad vital, que ante lo que va llegando se sabrá interpretar correctamente y darle la respuesta más adecuada y convincente.
Nada debe asustar de lo que se está viviendo y se tiene por delante, siempre que se esté actuando desde la Ley Divina. San Pablo dirá: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom 8,31).
Los que aún no han llegado a esta etapa de la vejez, buena ocasión sería ésta para plantearse cómo están caminado hacia ella, pues llegar, llegará, y los que en ella se encuentren ya será esta una buena oportunidad para ver cómo se está llevando y corregir, en todo caso, lo que sea necesario porque no se encarara bien en su momento.
No se debe olvidar nunca que el camino ordinario de la vida es que tras la vejez llegue el ‘tránsito’ hacia la vida eterna, y han de prepararse todos porque nos están esperando en el Cielo; sería lástima que desviáramos el camino.
Con Fe, Esperanza y mucha convicción, te pido que reces hoy también por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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