Reflexión 25 de Junio

Buenos días.
Hay un término en la lengua española que suele emplearse con alguna frecuencia: empatía.
Tener empatía como medio de llegar a los otros con seguridad cierta de que te reciben bien y con agrado, pues se trata de la capacidad de identificarse con él y compartir sus sentimientos.
Dicho de otra forma, es disponer de sensibilidad para entrar dentro del estado de ánimo y de los sentimientos de los demás para comprenderlos, pues se demuestra con ello tener una cercanía grande al tratar al otro como alguien similar a sí mismo.
Comprender al otro desde dentro, te dispone para poder estar más cerca y prestarle la ayuda que necesite.
Cierto es que nunca se podrá conocer profundamente su realidad más íntima, pero sí, en cambio, se podrá imaginar vivir su situación para, desde la experiencia de la propia vida en situaciones semejantes, conseguir la mayor identificación posible.
Son múltiples las situaciones de la vida en las que si se hubiera aprendido a ponerse en la situación del otro, para precisamente ver las cosas desde su óptica, se podrían haber ahorrado gran número de momentos desagradables, disgustos y otras disputas.
A la empatía se llega desarrollando el amor – compresión para que las relaciones interpersonales produzcan la paz deseable, en uno mismo y en los otros.
Es una cuestión muy importante para considerarla cara a cómo cada uno está llevando su vida personal y en relación con los demás, y lograr una comunicación y un trato humano enriquecedor y muy satisfactorio.
Dejándote con esta reflexión, te recuerdo la petición de cada día para que reces en este día viernes al Señor Crucificado, por las necesidades e intenciones de todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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