Reflexión 8 de Noviembre

Buenos días.
Al iniciar el día nos encontramos con la monotonía de cada jornada, pero al tiempo tenemos ante sí una jornada novedosa, que no sabemos lo que nos traerá, ni cómo lo tendremos que afrontar de la mejor forma que nos permita encarar correctamente todas las vicisitudes que se presenten.
Bueno es, por tanto, que miremos al Señor, que es todo silencio y quietud, para que nos ayude.
Aquí traigo un Himno de la Hora de Laudes para que nos ayude a centrar el comienzo cada día:
“Comienzan los relojes a maquinar sus prisas; y miramos el mundo. Comienza un nuevo día.
Comienzan las preguntas, la intensidad, la vida; se cruzan los horarios. Qué red, qué algarabía.
Más tú, Señor, ahora eres calma infinita. Todo el tiempo está en ti como en una gavilla.
Rezamos, te alabamos, porque existes, avisas; porque anoche en el aire tus astros se movían.
Y ahora toda la luz se posó en nuestra orilla. Amén”.
Que este nuevo día esté lleno de la Luz de Cristo Resucitado, para que sepamos vivir y actuar todo en el agrado de Dios.
Te pido que no olvides, que no demores, rezar al Señor, Padre de los Astros, en intercesión de todas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es