Reflexión 15 de Noviembre

Buenos días.
La Iglesia celebra hoy a San Alberto Magno, un prestigioso Dominico (hijo de Santo Domingo de Guzmán), que vivió en el siglo XIII. Fue Obispo, Doctor de la Iglesia y Patrón de las ciencias naturales. Explicó con argumentos sólidos que la tierra es redonda.
Los propios contemporáneos de San Alberto, fueron quienes le dieron el título de "Magno"; por la profundidad y amplitud de sus conocimientos solían llamarle también "el Doctor Universal", pues sus conocimientos en todos los campos eran extraordinarios. El monje Rogelio Bacon le consideraba como "una autoridad" y calificaba sus obras de "fuentes originales".
San Alberto fue el maestro de Santo Tomás de Aquino, el más importante de los teólogos de todos los tiempos, pero Alberto es un hombre grande por sí mismo.
Lo que se sabe sobre su juventud, es que estudió desde los 16 años en la Universidad de Padua donde vivía su tío. Allí encontró en 1222, al Beato Jordán de Sajonia, segundo maestro general de la orden de Santo Domingo, quién lo dirigió en la vida religiosa y escribió desde Padua a la Beata Diana de Andelo, que estaba en Bolonia, anunciándole que había admitido en la orden a diez postulantes, "y dos de ellos son hijos de condes alemanes": Uno era Alberto.
Cuando el conde de Bollstädt se enteró de que su hijo vestía el hábito de los frailes mendicantes, se enfureció sobremanera y habló de sacarlo por la fuerza de la orden. Pero los superiores de Alberto le enviaron discretamente a otro convento, probablemente el de Colonia, Alemania donde estaba la escuela más importante de la orden y la cosa paró ahí. El hecho es que Alberto enseñaba en Colonia en 1228 y en 1229 vistió el hábito de los frailes predicadores.
Su vida es muy amplia en sus conocimientos y saberes, pues destacó como teólogo, geógrafo, filósofo, químico y en general un polímata de la ciencia medieval. Se caracterizaba por su nobleza y liderazgo.
En 1278, dos años antes de su muerte, cuando dictaba una clase, le falló súbitamente la memoria y perdió la agudeza de entendimiento.  
La visión de la escalera: San Alberto había dicho que, de joven, le costaban los estudios y que por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba.  Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, cuando llegó a la parte de arriba se encontró con Nuestra Señora la Virgen María que le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a mí que soy 'Causa de la Sabiduría'?  Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías". Aquello sucedió como la Virgen le dijo. 
Efectivamente, dos años después, a los 74 años, murió apaciblemente cuando se hallaba sentado conversando con sus hermanos en Colonia, sin que hubiese padecido antes enfermedad alguna. Era el 15 de noviembre de 1280.
San Alberto Magno había mandado a construir su propia tumba, ante la cual todos los días iba a rezar el Oficio de Difuntos, una práctica que le llevó a familiarizarse con su muerte antes de que aconteciera.
En este mes de los Difuntos, puede ayudarnos a reflexionar sobre la propia muerte esta actitud y comportamiento de San Alberto.
Con esta gran figura de la Cristiandad nos quedamos para acoger todo lo que con su vida y su obra nos enseña, y avanzar un poco más en el propio camino de conversión que es la que nos llevará a la Santidad necesaria para culminar felizmente la jornada terrenal.
Reza con gran confianza hoy a San Alberto Magno, para que interceda en favor de todas las necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí, en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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