Reflexión 14 de Noviembre

Buenos días.
Hemos comenzado la semana con el llamamiento de la Santa Madre Iglesia, a mantener la conciencia de que entre nosotros hay Hermanos que sufren los azotes de la pobreza material, así como en otros aspectos de la vida humana.
Bien estaría que, manteniendo el espíritu de la pobreza evangélica, seamos capaces de orar con insistencia al Padre de las Misericordias para venga en auxilio de todos esos Hermanos que necesitan disponer de lo necesario, pero también que conforte y auxilie a todos los que, de una u otra forma, viven la pobreza social en cualquiera de sus múltiples manifestaciones.
Hemos de hacer un esfuerzo por pensar y reflexionar para tomar conciencia clara de lo que es y abarca la pobreza; para entender a tantas personas que viven en pobreza porque carecen de muchas cosas, como puede ser: compañía, comprensión, salud, lucidez espiritual o moral, o lo que es peor: carecen de Esperanza.
Te animo a que hagas frente a esta triste realidad que te rodea y lleves la Luz de Cristo Resucitado a donde te encuentres cualquier clase de pobreza, y si tu estuvieras inmerso en alguna de ellas, procura transformarla entrando por la enseñanza del Señor Jesucristo: “Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5,3); y si necesitaras ayuda para ello, no dudes de pedirla.
Y ya reza al mismo Padre Dios, para que envíe su Gracia, en sus necesidades, a todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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