Reflexión 28 de Noviembre

Buenos días
En estos primeros días del Año Cristiano hemos de vivir con alegría la espera de la llegada del Señor, centrando bien la atención en La Parusía, la segunda venida del Señor Jesucristo en poder y gloria.
Esta alegría que propongo vendrá de la preparación que cada uno haga para esperar al Señor.
El Señor sabemos que sondea el corazón, busca siempre que la criatura humana viva con pureza de corazón y rectitud de intención; he aquí nuestro esfuerzo y nuestro trabajo para estar aptos a recibir al Señor en su Parusía.
Aquí os dejo el grito que surge en todo nuestro ser, anhelantes de la venida del Señor: “¡Marana tha! ¡Ven, Señor Jesús!
Yo soy la Raíz y el Hijo de David, la Estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven, Señor!” Quien lo oiga, diga: “¡Ven, Señor!”.
Quien tenga sed, que venga; quien lo desee,  que tome el don del agua de la vida.
Sí, yo vengo pronto. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!”.
Con este Himno de la Liturgia de Adviento, te pido que reces a la Virgen, Santa María del Adviento, por todas las necesidades de los Hermanos, que en Ella y con Ella nos encontramos aquí, como cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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