Reflexión 12 de Mayo

Buenos días.
Antes de que la Santísima Virgen se apareciera a los Pastorcitos el 13 de mayo de 1917, el Ángel se les apareció hasta tres veces en el año 1916.
En estas apariciones del Ángel podemos ver lo que es la pedagogía del Cielo: tan precisa, a la altura de la capacidad de los niños, preparándolos para el gran acontecimiento que supondría la venida de la Virgen. Veamos.
Segunda aparición del Ángel: Ocurrió a mediados del verano. Estábamos a la sombra de los árboles que rodeaban el pozo de la quinta Arneiro. De pronto vimos al mismo Ángel junto a nosotros: "¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo",
¿Cómo hemos de sacrificarnos?, pregunté.
"De todo lo que pudierais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados cuales Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su guardia, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe".
Estas palabras hicieron una profunda impresión en nuestros espíritus como una luz que nos hacía comprender quién es Dios, cómo nos ama y desea ser amado, el valor del sacrificio, cuánto le agrada y cómo concede en atención a esto, la gracia de conversión a los pecadores.
Por esta razón, desde ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor cuanto nos mortificaba, repitiendo siempre la oración que el Ángel nos enseñó.
Tercera aparición del Ángel: Fue en octubre o a fines de septiembre, pasamos un día desde Pregueira a la cueva Loca de Cabeco, caminando alrededor del cerro al lado que mira a Aljustrel y Casa Velha. Allí decíamos nuestro rosario y la oración que el Ángel nos enseñó en la primera aparición.
Estando allí apareció por tercera vez, teniendo en sus manos un Cáliz, sobre el cual estaba suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al Cáliz. Dejando el Cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces esta oración: "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María, te pido la conversión de los pobres pecadores".
Para nosotros a más de un siglo de distancia, también son muy elocuentes y de gran enseñanza las palabras del Ángel en cada una de las tres apariciones y en su conjunto.
Ojalá que las sepamos escuchar y escudriñar en el propio corazón.
Entre tanto reza ya por todas las necesidades de los Hermanos a la Virgen María de Fátima, porque en Ella aquí nos encontramos hoy. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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