Reflexión 29 de Abril

Buenos días.
Alguna vez ya hemos comentado lo importante que es tener la conciencia bien formada y en una buena actividad, pues cuando no es así la persona no es dueña del buen gobierno de su propia vida.
Resulta triste que se vea cómo las personas se dejan manipular por señuelos y falsedades, que las arrastran a creer cosas, cuando menos inexactas, cuando más falsas de toda falsedad, pero al no tener esa conciencia clara necesaria para saber juzgar con rectitud, se acepta lo que los ‘manipuladores de masas’ quieren.
A la persona le ha de interesar más la propia conciencia que la opinión de los otros, que alguna vez puede estar en lo cierto pero que, al menos en los tiempos que corremos, es muy difícil que busque la Verdad del que es el Camino y la Vida. “Jesús le responde: Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6).
Estaremos de acuerdo que nos encontramos en momentos muy difíciles en los diferentes aspectos de la vida, pero precisamente porque son momentos especiales tenemos la obligación seria, por no decir sagrada, de trabajar por tener una conciencia recta, limpia y reflexiva, capaz de llamar la atención ante cualquier equivocación o decisión que no sea adecuada o correcta.
Porque además tenemos el deber de vivir según los consejos evangélicos, por lo que recuerda aquel en el que Jesús nos dice, te dice, me dice: “Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,14-16).
Con lo mejor de tu conciencia, reza ya por las necesidades de los Hermanos que, en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, nos volvemos a encontrar hoy aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
Mater Christi
Madrid – España
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