Reflexión 25 de Abril

Buenos días.
Inmersos en este Tiempo de Pascua, parece que sería bueno el plantearse un comportamiento dinámico en cuanto al principal compromiso adquirido en el Bautismo recibido, que es el Anuncio del Reino: recordar o enseñar, en su caso, a todas las personas que Dios les Ama.
El Evangelio que Cristo predicó es un estilo de vida lleno de jovialidad y de dinamismo, pues lleva a la persona a vivir en la novedad continua del Amor de Dios.
El AMOR que emana de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, se manifiesta siempre en la vida nueva que Cristo Resucitado nos ofrece.
Rompe los egoísmos que marcan muchas veces los sentimientos y los comportamientos de las personas.
Acaba con los rencores y los odios que tanto dividen a las personas, y que destruyen principalmente a quien los admite y alberga en el propio corazón.
Vence la pereza que, en sus diferentes manifestaciones, paraliza, más, bloquea tantas veces, las buenas acciones, incluso el cumplimiento del deber.
Busca con perseverancia el bien para las otras personas, la donación y entrega rápida, sin dilación a cuantos lo necesitan.
El Amor de Dios, que nosotros también conocemos con el nombre de CARIDAD, lleva a la persona, en la medida que lo vive, a anticipar en su propia vida el Reino de los Cielos, pues allí no habrá otra cosa que hacer más que participar del Dios-Amor-Caridad, en la continua Adoración de la Santísima Trinidad.
Un Amor dinámico que es creador y que ahora nos lleva a la plenitud de la felicidad humana, cuando somos capaces de anteponerlo a cualquiera de las exigencias e incluso tiranías que impone el pecado.
Tu vida es dinámica en su actividad, pero, ¿hacia dónde gastas tus energías?
Mientras te planteas tu vida en el Amor de Dios, te pido que le reces a fin de que todos los Hermanos encuentren Luz y Gracia para resolver todos los problemas y necesidades que tienen, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
Mater Christi
Madrid – España
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