Reflexión 19 de Mayo

Buenos días en el Martes de la Octava de Pascua.
Siguiendo en la novedad de la Resurrección de Cristo que la Santa Iglesia nos muestra durante la Octava, vamos a plantearnos la reflexión de lo que es transmitir a los otros la ALEGRÍA de la RESURRECCIÓN.
Nos cuenta el evangelista San Mateo en el capítulo 28,5-10 que: “El ángel habló a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado. Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.  Jesús les dijo: No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”.
Vemos como las mujeres que han acudido a visitar la tumba se llenan de alegría cuando el Ángel les dice que ‘ha Resucitado’, aunque el ‘miedo’, propio de algo incomprensible en aquel momento, también las acompañara. Y enseguida durante su camino de vuelta se les aparece el Señor Resucitado con este gran saludo: ‘ALEGRAOS’.
Por supuesto que la Resurrección del Señor es un motivo de gozo y de alegría, pues en ella encontramos, como nos dice San Pablo, la razón de nuestra Fe: “Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe” (1 Cor 15,14).
La alegría es el sentimiento grato y vivo que se tiene por algún motivo, que se expresa y transmite de una forma espontánea. El motivo en nuestro caso es nada más que ¡CRISTO HA RESUCITADO! 
Entra a través de los relatos del Nuevo Testamento en el conocimiento exacto de lo que pasó, experimenta la trascendencia de la RESURRECIÓN DE CRISTO y lleno de gozo y de alegría, transmite esta gran noticia.
A partir de aquí verás que tu FE es verdadera y está viva.
Y con la misma fe y confianza, reza hoy también al Señor Resucitado en favor de todas las necesidades de los Hermanos que, en el gozo de la Pascua, nos encontramos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
Mater Christi
Madrid – España
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