Reflexión 28 de Abril

Buenos días.
San Luis María Grignion de Montfort, francés del siglo XVII, fue desde su infancia un gran amante de la Santísima Virgen, lo cual le costó muchas contrariedades, incomprensiones y hasta persecuciones.
Su vida es digna de ser leída para ver lo que cuesta la santidad, a pesar de tener la certeza de estar en el camino recto.
Hay una frase suya muy conocida que por tal no es menos elocuente: “María es el camino más seguro, el más corto y el más perfecto para ir a Jesús”.
Ha habido muchas personas que han comprobado la veracidad de esta afirmación de San Luis María, por eso cuando se quiere acercar a una persona al conocimiento del Señor Jesucristo no hay cosa mejor que enseñarle a relacionarse con María, pues Ella nunca se queda con nadie para sí y lo lleva enseguida a su Hijo Jesús, para que se consolide su Fe y su Amor a la Ley santa de Dios.
Hay rasgos de la vida de San Luis María dignos de reseñar aunque sea muy brevemente.
Dedicó todas sus grandes cualidades de predicador, de conductor de multitudes, de cantante y compositor a predicar misiones para convertir pecadores, viajando incansablemente por los distintos lugares de Francia anunciando el Evangelio y llevando el Amor de Dios Padre al corazón de las personas.
A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI, al que recurrió para confirmar si su predicación tenía los errores de los que le acusaban, lo recibió y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes.
De él tomé la fórmula de la consagración a la Santísima Virgen más sencilla que conozco, que aquí he referido alguna vez y que os recomiendo muy vivamente; se puede hacer cada día en el momento que se estime más conveniente: “Soy todo tuyo Reina mía, Madre mía, y cuanto tengo tuyo es”.
A San Luis María Grignion de Montfort te pido que le encomiendes hoy, con una oración sencilla, todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a la Reina y Madre de todo lo creado, María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
Mater Christi
Madrid – España
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