Reflexión 4 de Abril

Buenos días.
Es curioso encontrar, en este tiempo de tantos recursos, personas que viven aburridas, porque su estado de ánimo no les permite sobreponerse al cansancio que sienten en su ser interior.
El aburrimiento tiene una cara, diríamos enfermiza, que será la falta de estímulo o distracción, pero tiene otra cara que expresa el defecto de la persona, que no se esfuerza cuanto puede y debe para sobreponerse a la necesidad de distraerse, y poder construir así una vida en el gran valor que tiene toda persona humana de participar de la obra creadora de Dios, pues no se debe olvidar que ha sido creada a imagen y semejanza suya.
El gran reto que tiene todo ser humano, mientras peregrina por este mundo, de dirigir y conducir su propia vida de acuerdo con los designios y preceptos divinos, lo debe saber alcanzar con la madurez y perfección que en la etapa terrenal se necesita, pues será el aval preciso para la vida eterna en Dios su Padre.
Será interesante mirar cómo andamos cada cual de ‘aburrimiento’, para no dejarle que ni se instale ni que crezca en el corazón como una mala hierba.
Reza, por favor, con una gran fe a Dios Padre la oración que el Señor Jesús nos enseñó, para alcanzar las gracias necesarias de todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos hoy en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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