Reflexión 27 de Abril

Buenos días.
Antes de ayer no faltó la Virgen María Reina de la Paz para comunicar en Medjugorje, a través de Marija Pavlovic, su mensaje de cada día 25 de mes.
Dijo la Santísima Virgen: “Queridos hijos, os miro y veo que estáis perdidos.
Por eso os invito a todos: regresad a Dios, regresad a la oración y el Espíritu Santo os colmará de Su amor que da alegría al corazón.
La esperanza crecerá en vosotros y en un futuro mejor, y os convertiréis en testigos gozosos de la misericordia de Dios y también alrededor de vosotros.
¡Gracias por haber respondido mi llamada!”.
Como vemos fue un mensaje quizás un poco más corto que los habituales, pero como siempre con gran contenido espiritual.
Comenzó con una frase un tanto inquietante: “os miro y veo que estáis perdidos”, lo cual al hombre contemporáneo esta afirmación le puede resultar despreciable, porque se siente tan seguro del poder que tiene sobre las cosas que no aceptará la afirmación de que ‘está perdido’.
Pero, ¿qué es estar perdido en este decir de la Virgen? Sin duda que se refiere a todo lo que corresponde al desorden moral que en lo personal, social, económico y…, se mantiene en nuestra sociedad.
Bastaría con responder a esta pregunta: ¿Cuáles son las prioridades en las que se mueve nuestro mundo? ¿Acaso es la vida según la santa Ley de Dios?
La Virgen insiste: “regresad a Dios, regresad a la oración y el Espíritu Santo os colmará de Su amor que da alegría al corazón”. Ya el mes pasado, en marzo, dijo: “Os invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos, para que estéis bien en la tierra y para que salgáis de esta crisis en la que habéis entrado por no escuchar a Dios”.
No hay camino más necesario que recorrer que el de volver a Dios, que es lo mismo que tanto repetimos: convertirse a Dios y seguir sus santos mandamientos.
Vivimos envueltos en constantes espejismos que distorsionan la realidad de las cosas, sin dejarnos ver lo auténticamente verdadero. Algo así pasó en Ucrania, que se veía venir la guerra y no se la quería aceptar, poniendo disculpas y argumentos de que tal no llegaría, y llegó, y ahí continua después de más de dos meses de muerte y destrucción.
Y llegarán otros castigos merecidos por este desorden de vida que llevamos, pero al no creer que será así, tampoco se entiende ni se acepta por qué hay que convertirse.
Meditar el mensaje de la
 Virgen Reina de la Paz, unirlo al del mes anterior del que éste parece ser continuidad, y hagamos el esfuerzo no solo de trabajar en la conversión personal, sino también llamando a los otros a que la realicen en sus vidas.
Reza hoy a la Santísima Virgen en favor de las necesidades, intenciones y problemas de los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
Mater Christi
Madrid – España
www.materchristi.es