Reflexión 20 de Enero

Buenos días.
En nuestra relación con la Santísima Trinidad, ha de ocupar un lugar especial, si cabe, en nuestro corazón la relación personal con Dios nuestro Padre.
Gustar de la oración con Él, comenzando con la oración del Padrenuestro, que el Señor Jesús nos enseñó con tanto esmero, para pasar a la relación coloquio en la que se expresan los sentimientos de Amor y se espera de Él tanto como nos puede dar, pues no podemos olvidar que es el Señor de la Vida y de la Historia.
Hoy os traigo un Himno litúrgico que es bellísimo y que bien se puede hacer oración, para que disfrutes en esa relación filio-paternal.
“Padre: has de oír este decir que se me abre en los labios como flor.
Te llamaré Padre, porque la palabra me sabe a más amor.
Tuyo me sé, pues me miré en mi carne prendido tu fulgor.
Me has de ayudar a caminar, sin deshojar mi rosa de esplendor.
Por cuanto soy gracias te doy: por el puro milagro de vivir.
Y por el ver la tarde arder, por el encantamiento de existir.
Y para ir, Padre, hacia ti, dame tu mano suave y tu amistad.
Pues te diré: sólo no sé ir rectamente hacia tu claridad.
Tras el vivir, dame el dormir con los que aquí anudaste a mi querer.
Dame, Señor, hondo soñar. ¡Hogar dentro de ti nos has de hacer! Amén”.
Fomentemos una relación personal con nuestro Padre Dios, porque en ella encontraremos muchas luces que nos son necesarias para hacer este camino de la vida con los menores errores posibles.
Además, no olvidemos que ante su Amor y Misericordia hemos de comparecer el día que experimentemos los novísimos: muerte, juicio…, y aquí nos encontraremos con Él, mi Padre, nuestro Padre, que para nada nos quiere lejanos, sino todo lo contrario.
Pues, reza ya hoy a este Padre de Amor para pedirle por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a la que se sabe y es ‘la humilde Esclava del Señor’. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid - España
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