Reflexión 9 de Mayo

Buenos días en este VI Domingo de Pascua.
Bien sabemos que una de las cosas que más cuesta es mantener el ritmo de las cosas como corresponde, porque tantas cosas como se nos presentan a lo largo de cada día, hacen que la distracción, incluso de lo esencial, haga ir dejando de lado lo que interesa.
Por eso hoy la Iglesia reza pidiendo: “Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por Jesucristo nuestro Señor”.
Se hace necesario actualizar de la mano de la Liturgia lo que es el acontecimiento más extraordinario que nunca ha ocurrido: ¡Cristo ha Resucitado!, porque en Él está nuestra Salvación.
En el Capítulo 15 del evangelio de San Juan, que hoy se proclama en la Santa Misa, se escuchan de Jesús unas palabras entrañables que nos acercan a Él, pero que a la vez nos interpelan.
Leer, escuchar con atención: “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros” (Jn 15,12-17).
Permitirme que subraye algunas palabras:
‘Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado’.
‘Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos’.
‘Vosotros sois mis amigos’.
‘No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido’.
Os deseo de corazón una reflexión íntima y profunda, que os lleve a la comprensión más limpia y clara de los deseos del Señor Jesucristo.
No olvides de rezar con Fe al Señor Jesús en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que también son ‘amigos de Él’. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es