Reflexión 23 de Mayo

Buenos días en la Solemnidad de Pentecostés.
Nuestro grito, nacido del corazón y durante todo el día, debe ser: ¡VEN ESPÍRITU SANTO!
Este grito tiene todo su sentido para que durante este día sientas de forma muy íntima la presencia del Espíritu Santo, que habita en ti.
Y puedas escucharle, puedas dialogar con Él y pedirle tantas cosas en las que sientes la necesidad de su ayuda, a través de sus Dones y de sus Frutos
Aquí tienes, para que recuerdes cuáles son los Dones del Espíritu Santo, recibidos en el Sacramento del Bautismo:
Don de Sabiduría
Don de Entendimiento
Don de Consejo
Don de Fortaleza
Don de Ciencia
Don de Piedad
Don de temor de Dios
Y aquí te recuerdo también los Frutos del Espíritu Santo, que produce en el cristiano a lo largo de su vida, después de haber recibido sus Dones:
Caridad
Paz
Longanimidad
Benignidad
Fe
Continencia
Gozo
Paciencia
Bondad
Mansedumbre
Modestia
Castidad
Te deseo de corazón que no dejes irse esta gran Gracia que supone estar particularmente hoy, ABIERTO al Espíritu Santo.
Quizás no estás acostumbrado a convivir con Él y hoy es la gran ocasión de hacerlo, o acrecentarlo, si por el contrario sí conocieras ya su convivencia.
Y te pido con toda el alma que al mismo Espíritu Santo le reces hoy, para que con su Gracia atienda todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía, en la que el Espíritu Santo hizo morada, para ser la Madre del Redentor. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es