Reflexión 8 de Abril

Buenos días en el JUEVES DE PASCUA
¡Aleluya, Cristo ha Resucitado!
La Sagrada Liturgia sigue mostrándonos las imágenes que ocurrieron tras la Resurrección del Señor Jesucristo, tanto en las apariciones del Resucitado que se sucedieron, como en los testimonios que dieron los Apóstoles, una vez recibieron el Espíritu Santo.
Estos no perdieron las oportunidades que tuvieron para llamar a todo el pueblo de Jerusalén a la Conversión.
En el capítulo 3 de los Hechos de los Apóstoles se lee el milagro que hace Pedro, acompañado por Juan, al paralítico de nacimiento en la puerta del Templo, ante el cual dice la Escritura que “Todo el pueblo lo vio andando y alabando a Dios, y, al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa del templo, quedaron estupefactos y desconcertados ante lo que le había sucedido”.
Pedro al ver el asombro del pueblo les predica diciéndoles: “…Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios” (Hch 3,19-20).
Este compromiso de Anunciar el Reino y llamar a la Conversión es una de las consecuencias de la Resurrección de Jesucristo, y nosotros vivimos en unos tiempos y en unas circunstancias en las que esta llamada es muy necesaria hacerla, pues estamos más que necesitados de que la VIDA y la LUZ del Señor Resucitado, nos saque de esta pandemia que nos está asolando con sus nefastas consecuencias.
Cada uno, algo podemos hacer para que todos nos volvamos al Señor y rectifiquemos los caminos del desorden y del pecado.
Te pido que hoy reces a Cristo Resucitado por las necesidades de los Hermanos, que volvernos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es