Reflexión 7 de Abril

Buenos días en el MIERCOLES DE PASCUA
¡Aleluya, Cristo ha Resucitado!
Este día de la Pascua, que como miércoles se lo dedicamos a San José, no podemos por menos de contemplar la Gloria del Señor Jesucristo Resucitado en su padre adoptivo San José.
No tenemos datos de cómo se produjera su glorificación, pero, como es lógico, cuando Jesús ‘descendió a los infiernos’ lo encontraría con los Patriarcas, y lo llevaría con Él en un lugar muy, pero que muy importante, pues siempre dio señales de su mucho amor a sus padres; el evangelio nos da un dato cuando se quedó con doce años en el Templo con los Doctores de la Ley y allí lo encuentran.
Dice San Lucas: “…Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,48-52).
Sabemos, eso sí, por la experiencia de muchos santos y la que cada uno haya podido tener, que SAN JOSÉ es un poderoso intercesor ante su Hijo Jesucristo.
Vamos, pues, a vivir este Miércoles de la Octava con gozo pascual a la sombra de San José; que nos alcance la Gracia de saber comprender muy íntimamente los Misterios de Amor que su Hijo Jesucristo ha vivido hasta la Muerte por cada uno de nosotros, y, además, que nos ayude para que sepamos llevar el ANUNCIO de la Resurrección hasta donde cada uno podamos llegar.
A San José Glorioso, te pido le encomiendes con toda la generosidad que seas capaz, todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos hoy aquí, en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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