Reflexión 13 de Abril

Buenos días.
Continuamente se suscitan situaciones, pensamientos, deseos, etc., propios del dinamismo de la vida humana, lo cual en sí mismo no tiene porqué ser malo, ni debe de serlo. Pero lo cierto es que en la imperfección que acompaña al ser humano, sí hay ciertas cosas que se deben vigilar para no sucumbir a los errores que los defectos motivan e invitan.
Hoy os propongo fijarnos en el denominado ‘amor propio’; Napoleón Bonaparte dice: “El más peligroso de nuestros consejeros es el amor propio”, ya que lleva a la persona a una atención exagerada de sí mismo, a un amor a sí mismo que rompe las más esenciales virtudes, pues busca el apoyo de la vanidad, del propio interés hasta el egoísmo, para terminar buscando imponer sus criterios, con una repercusión en las relaciones interpersonales que se verán muy dañadas, por no decir, hasta rotas.
Es verdad que como contraposición a lo que estamos diciendo está la afirmación del Señor Jesús, cuando un escriba le pregunta ‘qué mandamiento es el primero de todos’ y Jesús responde: “El primero es: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” Mc 12,28-31).
El Señor prima el ‘amor a sí mismo’ como imagen del amor que se debe al prójimo, que dista mucho del ‘amor propio’ al que nos estamos refiriendo.
Es muy importante tener claro la distinción entre uno y otro, pues cuando el primero es pecaminoso, el segundo es el exponente de la virtud que debe acompañar a la persona, pues tal como uno actúa consigo mismo, así actuará con los otros.
Revisemos cuánto ‘amor propio’ tenemos y cómo realmente somos capaces de ‘amarnos a nosotros mismos’, como el Señor Jesucristo condiciona el amor y el interés por los demás. Es algo tan importante como determinante en la vida de la persona.
Cada día te pido rezar por las necesidades de los Hermanos, pues en esto hay un claro ejemplo del ‘amor a sí mismo’, que si es según el evangelio, lo harás con buenísima disposición; pero como quiera que sea, por favor suplica a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por esta intención. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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