Reflexión 21 de Abril

Buenos días.
Nuevamente ponemos la vista en San José en este día de la semana, miércoles, dedicado a su devoción.
Este Año dedicado a San José nos está ofreciendo la gran oportunidad de acercarnos a su figura de una manera regular día a día, para conocer su personalidad con todos los aspectos en los que se presenta como auténtico modelo, en muchas facetas de la vida humana.
Hoy os propongo fijarnos en ‘su sentido del deber’, algo ante lo que bien merece pararse, para profundizar en lo que debería estar muy latente en la vida de cada persona.
Lo primero que la persona ha de conocer son los deberes que le corresponden, según su estado y lo que del mismo se derivan, pues si no se tiene conciencia clara de todo lo que corresponde al estado de vida referido, no será posible tener claro el sentido del deber y llevarlo a cabo fielmente.
Cuando el ángel reveló a San José la situación de embarazo que tenía su esposa María, cómo y por qué era tal situación, él acepta plenamente lo que se le anuncia asumiendo todo el plan de Dios.
A partir de aquí se puede ver cómo cumple perfectamente con el deber que se le ha encomendado, tanto en todo lo relativo al Nacimiento de Jesús, como en los acontecimientos que siguieron, culminados por la huida a Egipto.
Convendría releer los textos del evangelio para ver que lejos de poner resistencia a nada de lo que se le manda o indica, lo cumple con rapidez y decisión.
Ya en Nazaret, de vuelta del exilio, no es difícil darse cuenta que Jesús recibirá una educación y formación humana a la altura de la Misión que ha recibido del Padre Dios, que la dejará traslucir durante su vida pública.
Podemos asegurar que San José nunca hizo dejación de sus deberes, ni como esposo ni como padre, hasta el punto de que si ahora cuando se acude a San José con corazón sincero y humilde, siempre se obtiene su favor, es porque su Hijo Jesucristo Glorificado no le niega nada a su padre de adopción.
Por todo lo dicho es fácil deducir que cualquier persona, debe tener siempre y en todo momento muy claro cuáles son sus deberes, que lógicamente se derivan de su estado de vida, de su actividad laboral, de las relaciones familiares que correspondan o de las relaciones interpersonales en el sentido general.
Y a partir de esta conciencia de su realidad, habrá de vivir atendiendo prioritariamente sus deberes, pues de lo contrario su vida transitará por los caminos del desorden, aparte de las graves responsabilidades morales que se deriven.
Nuevamente San José se nos muestra como modelo a seguir y maestro del que aprender; aprovechemos este Año dedicado a Él para acudir con frecuencia a su consejo, a su intercesión y a la imitación de su forma de estar y de vivir.
Y a San José te pido que le reces, pidiéndole que atienda e interceda ante su Hijo Jesús, por todas las necesidades de los Hermanos que nos reunimos aquí cada día en torno a su Santísima Esposa. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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