Reflexión 23 de Octubre

Buenos días. 
Es un DEBER que todos tenemos de saber discernir e interpretar los acontecimientos en los que nos encontramos inmersos o van surgiendo a lo largo de la vida.
Este deber, si se cumple como exige la FE, abrirá las puertas de los caminos que en cada caso se deban recorrer, pues ya San Pablo le dice a los Gálatas, y en ellos a nosotros: “Y que cada uno EXAMINE SU PROPIO COMPORTAMIENTO; el motivo de satisfacción lo tendrá entonces en sí mismo y no en relación con los otros. Pues cada cual CARGA con su propio fardo” (Gal 6,4-5).
En estos tiempos en que hay infinidad de medios por los que nos llegan noticias, interpretaciones de la realidad, manipulaciones de los sentimientos y un gran número de informaciones de todo tipo, presentadas como a cada cual le interesa, se hace preciso que la persona sea lo suficientemente MADURA como para saber DISCERNIR en cada momento, en cada situación y ante cada tema que pongan ante sí, de mayor o menor interés, lo que responde a la VERDAD, lo que la distorsiona convirtiéndola en MEDIA VERDAD o lo que directamente es MENTIRA, por más que se la maquille.
El mismo San Pablo le dirá a los Corintios, y repito que en ellos a nosotros hoy: “Examinad vosotros si OS MANTENÉIS EN LA FE. Comprobadlo vosotros mismos. ¿O no reconocéis que Cristo Jesús está en vosotros? ¡A ver si no pasáis la prueba! Aunque espero que reconozcáis que nosotros sí la hemos pasado” (2 Cor 13,5-6).
Son momentos de mucha RESPONSABILIDAD, no sólo ante los deberes propios y específicos de cada cual, sino también en relación a todos aquellos otros aspectos de la vida en los que nadie se debe inhibir, porque tienen la importancia grande que sea, con la correspondiente repercusión y trascendencia para la vida de las personas.
Finalizo citando una exigencia del Concilio Vaticano II, en el Decreto sobre los seglares: “Además de la formación espiritual, se requiere una SÓLIDA INSTRUCCIÓN DOCTRINAL, incluso teológica, ético-social, filosófica, según la diversidad de edad, de condición y de ingenio” (AA 29,4).
También hoy, las necesidades materiales, morales, de salud, etc., de los Hermanos, necesitan tu oración humilde y pobre al Señor de la Misericordia. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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