Reflexión 5 de Junio

Buenos días en este primer viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, precisamente en el mes de junio dedicado al Señor Jesucristo en su Divino Corazón, pues su Solemnidad siempre se celebra en alguno de los viernes de este mes.
San Agustín es una figura gigante del Cristianismo, de forma que cada vez que te acercas a él, a su doctrina y, sobre todo, a su experiencia de vida, te deja como en una ‘línea de salida’ para recorrer con más ILUSIÓN los caminos de la Fe y del Amor.
Mirar lo que decía: “Confía el pasado a la misericordia de Dios, el presente a su amor, el futuro a su providencia”.
Generalmente las personas se llenan de inquietudes, bien sea unas veces por cosas del pasado, otras por temas del presente y otras por interrogantes de un futuro que no nos pertenece, por algo tan simple como el que nadie tiene seguridad de hasta dónde llegará ese futuro.
Por eso, San Agustín, lleno de Sabiduría, dice que todo lo que del pasado te duela o te pese por los errores cometidos, que los confíes a la Misericordia de Dios, para que puedan ser perdonados y purificados por los méritos de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Con relación al presente, San Agustín dice que lo confíes a su Amor, pero hemos de entender que en el presente se hace preciso mantener ‘la lámpara encendida’, para evitar errores y pecados que Dios nunca podrá justificar ni amparar con su Amor; otra cosa será un presente lleno de incertidumbres por las mil razones que sobrepasan al hombre, como la enfermedad, el trabajo u otras desgracias que lo sobrepasan.
En todo caso, Dios espera cada día que tú te abras a su Amor y a su Providencia para poder ayudarte en todo.
Su Providencia, que va llevando los acontecimientos en favor de las necesidades de cada uno, aunque en más de una ocasión nos pueda parecer mentira por lo que va sucediendo.
La CONFIANZA EN DIOS es una de las virtudes que deberíamos desarrollar continuamente, pues hay tantas cosas a nuestro alrededor que nos superan y que, sin saber cómo, nos llevan a caminos inciertos y no deseados.
No hace falta demasiado relato para darnos cuenta de lo que estamos hablando.
Ojalá que dejemos que la SABIDURÍA, Don del Espíritu Santo, nos ilumine y nos dejemos conducir por ella, en la ILUSIÓN y en la ALEGRÍA.
Reza como cada día, sin cansarte, al Señor Jesucristo en su Sagrado Corazón, para que venga en auxilio de todas las necesidades de los Hermanos y ayude a que las buenas intenciones de todos, sean colmadas en sus aspiraciones por el Amor de Dios. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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