Buenos días
Segundo viernes del Mes del Sagrado Corazón de Jesús, cuya Solemnidad celebraremos el viernes de la próxima semana.
Hoy, como todos los viernes del año, es día penitencial, que quiere decir que, en memoria del Viernes Santo en el que el Señor Jesucristo entregó su vida en la Cruz por la salvación del género humano, hemos de sentir la necesidad de ofrecer al Señor alguna oración, algún acto, en desagravio por tantos ultrajes que las personas infligimos al Sagrado Corazón de Jesús.
No dejes pasar este día sin ofrecer al Señor Jesucristo alguna oración y/o algún sacrificio en reparación y expiación de tantos pecados como cometemos los hombres.
Pero lo más importante que al Señor Jesús le agrada mucho, es que en este día y en los siguientes hagas el esfuerzo por CONOCERLE más, por TRATAR más con Él, que te relaciones mucho mientras recorres los caminos ordinarios de la vida.
Háblale, pregúntale. escúchale, haz que sea tu verdadero amigo; acude con frecuencia a la Biblia, particularmente a los evangelios donde encuentras su Palabra, sus gestos, sus actos, su gran Amor y Misericordia; contempla cómo va recorriendo los caminos y cómo va tratando a las personas, cómo les enseña…; y en todo este comportamiento de Jesús estamos tú y yo incluidos, por eso no nos puede ser nada ajeno de lo que allí leemos, vemos y escuchamos.
El hombre llega a desarrollar su verdadero amor cuando conoce lo que ama y a quien ama, en cambio, cuando el hombre se queda en la superficialidad de las relaciones interpersonales, no ahonda en el conocimiento y sencillamente su amor es también superficial, tanto que se cae en cuanto se cruza cualquier cosa, cualquier inconveniente, cualquier situación disgregadora.
Ponte ante el Señor Jesucristo en la Cruz y pidiéndole perdón por todos tus pecados, dile que le quieres AMAR, que te deje sentir su AMOR y todo lo que Él quiera de ti. Y dáselo cuando te lo pida, será el mejor negocio de tu vida.
Todos los días te pido que reces por las necesidades de los Hermanos, pero hoy TE PIDO que ofrezcas algún sacrificio, aunque sea pequeño, para que unido a la Cruz Redentora del Señor, sea fuente de gracia y bendición para todos los Hermanos y sus intenciones y necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es
