Reflexión 16 de Junio

Buenos días
Al comienzo de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, encontramos un hermoso texto, que quizás lo conoceréis, pero que me parece muy iluminador en los momentos presentes.
La cita es Efesios 1,3-10:
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que NOS HA BENDECIDO EN LA PERSONA DE CRISTO con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
ÉL NOS ELIGIÓ en la persona de Cristo, ANTES DE CREAR EL MUNDO, para que FUÉSEMOS SANTOS E IRREPROCHABLES ante Él POR EL AMOR.
Él NOS HA DESTINADO en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, A SER SUS HIJOS, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, REDUNDE EN ALABANZA SUYA.
Por este Hijo, por su sangre, HEMOS RECIBIDO la redención, el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, DÁNDONOS A CONOCER EL MISTERIO DE SU VOLUNTAD.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra”.
Cuando se lee este texto despacio, saboreando sus palabras y comprendiendo lo que dicen, podemos romper todos los límites de nuestros esquemas humanos.
Sólo me voy a parar en el segundo párrafo de la perícopa: “Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor”.
Fijémonos bien: Dios Padre Todopoderoso NOS ELIGIÓ, a ti y a mí, de una forma personal, podríamos decir que con nombres y apellidos, en Cristo, ANTES DE CREAR EL MUNDO; ¿No es maravilloso pensar esta realidad de que Dios nuestro Padre te ha elegido de una forma personal e intransferible? Y además, ¿Qué lo hizo no un poco antes de nacer, sino, nada más y nada menos que ‘antes de crear el mundo’.
Lo podemos creer por la FE, pero no lo podemos comprender con nuestra inteligencia.
Y lo hizo esperando y confiando en cada uno “seamos santos e irreprochables ante Él por el amor”.
Qué TRANSPARENCIA la del pensamiento de Dios Padre y la de su acción creadora, en y por su Hijo Jesucristo.
Todo esto nos lleva a una meditación profunda de lo que cada uno es, somos, para el buen Padre Dios, para su Hijo Jesucristo y para el Espíritu Santo.
En el AMOR de la Santísima Trinidad, encontrémonos hoy con los Hermanos, rezando cada uno por las necesidades del resto. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es