Reflexión 24 de Enero

Buenos días 
Mañana, festividad de la Conversión de San Pablo, concluye el Octavario de oración por la UNIÓN de las Iglesias Cristianas.
La UNIDAD es el DON valioso que el Señor Jesucristo inculcó a los Apóstoles para que fuera la divisa de sus vidas, que nosotros debemos mantener, "para que el mundo crea".
La UNIDAD es una realidad muy importante que las personas no saben cuidar siempre, sin darse cuenta de que el bienestar, personal y comunitario, en muchos aspectos de la vida, depende de la UNIDAD.
La estabilidad familiar, el éxito en muchas empresas que se emprenden, incluso el equilibrio personal, depende en gran parte por no decir del todo, de la UNIDAD.
Es necesario tener conciencia clara de lo que es y representa la UNIDAD para poder 'enamorarse' de ella y buscarla; trabajar porque reine en todas las personas, y por supuesto en la propia vida personal.
Se ha de tener mucho cuidado para no ser vehículo de división, sino todo lo contrario: APÓSTOLES DE UNIDAD.
En el capítulo 17 del Evangelio de San Juan, podemos leer lo importante que es para el Señor Jesucristo la UNIDAD, cuando llega a decir: "... para que todos sean UNO, como tú, Padre en mí, y yo en ti, que ellos también sean UNO en nosotros para que el mundo crea" (Jn 17,21).
Será muy interesante que pienses qué actitud tienes ante este quehacer de trabajar por la UNIDAD.
Y muy necesario que veas si eres capaz de mantener la UNIDAD PERSONAL, esto es, la Unidad en tu vida personal e íntima, pues cuando el propio corazón está dividido, la persona se llena de incoherencias en sus planteamientos y comportamientos, causándose mucho daño a sí mismo, con las lógicas repercusiones negativas en la relación con los otros.
Resumiendo: Muy importante trabajar con verdadera dedicación por ser vínculo de UNIDAD, pero asegurando al mismo tiempo la UNIDAD en sí mismo y consigo mismo.
Es una gran EMPRESA de mucho valor en la que bien merece poner oración, sacrificio y penitencia, si fuera necesaria, pues, en definitiva, se trata de la cuestión que tanto preocupó al Señor Jesucristo, por no decir la que más, a juzgar por lo último que hizo antes de comenzar la Pasión con la Oración Sacerdotal a su Padre Dios (Jn 17), además de constatarse históricamente las divisiones que fueron apareciendo en la Iglesia a través de los Cismas, que hoy nos obligan a celebrar cada año este Octavario de oración por la Unión de las Iglesias Cristianas.
Te pido que reces ya, al menos un Padrenuestro, a Dios Altísimo, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
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