Reflexión 23 de Enero

Buenos días
En la oración podemos expresar los sentimientos de ALABANZA a Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que afloran de los propios sentimientos hacia Dios, sentimientos de Amor, de Admiración, de Alegría..., de todo aquello que es Dios y que la persona lo percibe en su propio corazón, tanto a través de sus sentidos, como de sus sentimientos.
ALABAR A DIOS es la principal actividad de los Ángeles en el Cielo.
En la Santa Misa, el Sacerdote en el Prefacio siempre concluye diciendo: Por eso, con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Por ello, en la contemplación de nuestro Dios y Señor, de toda su Gloria y del tanto y mucho AMOR que nos tiene, nace del corazón, brota de los labios una oración de ALABANZA, que debemos siempre secundar con la voluntad y con todos los sentidos.
ALABAMOS a Dios en la medida que le vamos conociendo, que vamos experimentando el AMOR con que está pendiente de nuestras cosas, en definitiva, cuando nos dejamos cautivar por su AMOR.
Cuando constatamos que en su insondable Sabiduría y Providencia, ha ido y va cuidando todo lo propio, de forma que van saliendo las cosas bien, menos cuando desviamos sus caminos y sus planes con nuestros egoísmos, no puede nacer del corazón otra ORACIÓN nada más que de GLORIA y de ALABANZA.
En la Sagrada Biblia tenemos el libro de los Salmos, entre los que se encuentran, de los 150 salmos que componen el libro, bastantes dedicados a la ALABANZA A DIOS; también en otros libros bíblicos está presente la Gloria de Dios, y en consecuencia la ALABANZA, 
Pero aparte de utilizar la palabra y los gestos para ALABAR A DIOS, habría una forma de hacerlo bien sencilla: ALABARLE con la propia vida, una vida que rebose Alegría, ganas de Vivir y por encima de todo, la ILUSIÓN, que es el gran motor que se deriva de la ESPERANZA viva y despierta.
¿Cuántos motivos tienes para ALABAR a Dios en tu vida?
Desde el ejercicio de tu libertad, puedes, alabar o no alabar a Dios, pero desde la fidelidad bautismal y desde la Verdad más pura, el hombre no puede ser feliz sin su Señor, del que es imagen y semejanza y al que ALABA porque sencillamente lo ha conocido y quiere vivir con Él por siempre.
Ábrete a esta ORACIÓN DE ALABANZA y gusta de todos los Tesoros de la Vida Divina, a la que estamos llamados a participar en plenitud.
Y ya llegamos al momento de  nuestra Meditación, en el que te pido tu oración sencilla y humilde a Dios Padre, para que atienda las necesidades materiales y espirituales de nuestros Hernanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es