Reflexión 4 de Octubre

Buenos días en la Fiesta de San Francisco de Asís.
Hay mujeres y hombres que alcanzaron la Gloria de la Santidad, dejando una estela que perdura a lo largo de los siglos, como es San Francisco de Asís (1181-1226).
San Francisco vivió intensamente su entrega a Dios, y a ser TESTIGO y TESTIMONIO del mismo Señor Jesucristo, hasta el punto de que el Señor le hiciera partícipe de sus propias llagas.
Sus enseñanzas son múltiples en todos los aspectos que se quiera mirar.
Como muestra, ver este principio de sabiduría cuando dice: encontramos grandes perlas espirituales, entre las que sobresalen su POBREZA, su mansedumbre, su humildad, etc.
Su preocupación para ser sólo del Señor y para el Señor, le lleva a tener un cuidado grande por VIVIR en el AMOR y en la GRACIA de Dios.
Con gran sencillez, en el pensamiento citado más arriba, advierte cómo las personas prefieren ocuparse en los defectos del prójimo sin querer atender a los propios, que son realmente los que PUEDEN y DEBEN corregir.
Para ello es muy importante saber qué defectos propios tiene uno mismo, pero con su nombre y su raíz verdadera.
Acojámonos a su intercesión y imitando su POBREZA de ESPIRITU, pidamos al Señor por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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