Reflexión 30 de Octubre

Buenos días 
El escritor inglés del siglo XVIII, Joseph Addison, escribió: "La modestia no es solo un adorno: también un defensor de la virtud".
Siempre se ha considerado mucho a la persona que era modesta en sus gestos, en sus palabras y en su forma de vestir y de estar, porque la MODESTIA muestra a la persona carente de toda vanidad.
La MODESTIA ayuda a la persona en su forma de SER y de VIVIR, humilde y sencilla, sin renunciar a ningún otro valor cristiano que exija a la vez convicción y firmeza.
En los tiempos actuales no parece que se cuide mucho la MODESTIA como elemento esencial, llegando a situaciones un tanto atrevidas en las formas de manifestarse.
Esto hace que queden desprovistas en las personas otras virtudes importantes para la convivencia, como puede ser el PUDOR, la SENCILLEZ o la HONESTIDAD.
La carencia de esta virtud de la MODESTIA, sin duda que puede causar daño moral, no sólo a quien no la considera en su vida, sino que además causará daño a otros, y quizás más del que en principio se puede pensar.
Ya alguna vez hemos comentado lo malo que es tratar las cosas con alguna frivolidad; pues la falta de MODESTIA lleva sin duda una carga considerable de frivolidad, con la que se pueden herir muchas sensibilidades y causar otros males morales.
Lo peor de todo esto es que generalmente no se hacen estas consideraciones, toda vez que podemos encontrar una devaluación en la moral, una despreocupación por lo que puedan los demás sentir o pensar, y hasta un desprecio de lo que digan los otros,  como por ejemplo: "A mí me apetece, me parece bien así, y allá quien no lo acepte". Un desprecio en toda regla.
Pero al fin, cada persona es responsable de sus palabras, de sus gestos y de sus comportamientos, y como cristianos, de ellos deberá dar cuenta, pero, considerarlo: también dará cuenta de aquello malo que hubo en el otro de lo que fue ella la causante.
Bien merece la pena, como se dice, REFLEXIONAR acerca de si en la propia vida hay la MODESTIA que es necesaria.
Recemos todos con Fe y Esperanza a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades de los Hermanos. Todos necesitamos hoy esta oración fraterna. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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