Reflexión 23 de Octubre

Buenos días
Conocemos que en el Orden de las VIRTUDES, están las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad; y las Virtudes Cardinales: Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia.
Las primeras confoman lo que es la vida de la persona cara a su transcendencia y a la vida derivada del propio bautismo.
Las segundas son las Virtudes humanas, fundamentales en la vida de las personas, mientras peregrinan a su destino de eternidad.
De estas VIRTUDES se derivan todas las otras virtudes y valores cristianos, que se han de fomentar y cultivar para poder caminar por los caminos seguros del Amor de Dios, en el mejor servicio a los demás.
El día pasado hemos comentado la Prudencia, hoy os brindo algún pensamiento de la TEMPLANZA, tan necesaria en la vida personal para poder evitar todo tipo de EXCESOS.
No sólo se tratarían de los excesos relacionados con la comida y con la bebida, sino también de los excesos de los otros sentidos, para sujetarlos a la recta conciencia de la persona que busca vivir en el ORDEN que pide la Ley de Dios.
Cuando la persona se propone seguir una vida acorde con los Consejos Evangelicos, no le queda más camino que vivir con el sostén que le facilita la TEMPLANZA.
Esta Virtud aportará a la persona una ayuda muy grande e inestimable, porque le dará cobertura a un carácter muy idóneo para mantener actitudes de máximo equilibrio en todas sus relaciones humanas, así como una gran ponderación en todos sus actos, tanto de pensamiento como en sus actuaciones.
Merece la pena reflexionar cómo está uno de TEMPLANZA.
Ya te pido tu oración de cada día, con Fe y Esperanza, a Dios nuestro Padre, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España
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