Reflexión 21 de Noviembre

Buenos días en la fiesta de la PRESENTACIÓN DE MARÍA EN EL TEMPLO.
La niña MARÍA fue llevada por sus padres, San Joaquín y Santa Ana, al Templo, para consagrarla a Dios.
Es una Fiesta muy entrañable porque, según la tradición, María fue llevada al Templo para que fuera instruida en el Amor a Dios, según la Ley de Moisés.
Bien podemos pensar que la Virgen María fue perfectamente llevada por sus padres en el agrado de Dios, para poder así cumplir el plan que el Padre Dios, en su insondable Sabiduría y Providencia, tenía previsto para Ella y para la humanidad a través del 'SÍ' que diera al Arcángel Gabriel, cuando fue a contarla los deseos del Señor.
Esta Memoria Litúrgica nos afianza en la gran confianza que hemos de tener a María, nuestra Madre y nuestra Guía, creatura de nuestra raza que Dios la preservó para que fuera la Madre del Señor Jesucristo, que Ella misma aceptó con toda la responsabilidad que el acontecimiento exigía, como lo demostró a lo largo de su vida.
Es por ello que bien la aceptamos como la Medianera de todas las Gracias, que nos protege y ayuda con solicitud maternal, cumpliendo la gran misión que su Hijo la confió al pie de la Cruz (Jn 19,25-27).
Si supiéramos captar el AMOR que realmente nos tiene la Virgen Santísima, el DESVELO que muestra en estos tiempos buscando la CONVERSIÓN de sus hijos, los alejados de Dios por el pecado, los que han dado la espalda a su Hijo Jesucristo por seguir los “encantos del mundo”, en definitiva, queriendo que ninguno se pierda por los ‘caminos que llevan a la perdición’ (Mt 7,13-14), sin duda que seríamos más atentos y cariñosos con Ella, con la disposición de vivir en el Amor y en la Santa Ley de Dios.
Hoy, ¿con qué la obsequiarás…?
¡Sé generoso!
En todo caso, rézala a Ella, con gran CONFIANZA, por todas las necesidades e intenciones de los Hermanos: materiales, morales y espirituales. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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