Reflexión 17 de Noviembre

Buenos días. 
En todos los momentos de la vida es muy importante tener las cosas claras, pues cuántas veces se cometen errores por estar confundidos en la realidad del asunto que se trate o en el alcance que pueda tener.
Pues igual ocurre en la dimensión espiritual de la vida personal, se han de tener muy claras todas las cosas, todos los conceptos, lo que representa y es la vida según el Evangelio y la Doctrina de la Iglesia Católica.
Y es aquí, en la buena formación de la CONCIENCIA, donde se debe insistir, pues de una persona que no tiene ‘buena conciencia’ se puede esperar cualquier disparate, cualquier pecado, cualquier aberración.
Esta formación de la conciencia no requiere grandes estudios, ni grandes esfuerzos, solamente se necesita la disposición de la persona a trabajar por conseguirla.
Deberá tener celo por conocer el Evangelio, frecuentando su lectura, también la Doctrina de la Iglesia, que se deriva de todo lo que Dios ha revelado y que contiene la Biblia. Por tanto, será necesario que conozca lo más esencial: Profesión de Fe (Credo), Mandamientos de la Ley de Dios, Sacramentos, Bienaventuranzas…, así como las oraciones más comunes y sencillas, como el Padrenuestro, Avemaría, Gloria, Acto de contrición…
De esta forma, la CONCIENCIA tendrá toda la LUZ necesaria para ir iluminando y juzgando con corazón limpio, todo el devenir de la vida personal y, lo que es más importante, ayudando a actuar siempre conforme a la voluntad de Dios.
Por este camino, día a día, se perfeccionarán todas las actitudes, todos los pensamientos, todos los planteamientos, todos los deseos…, y se logrará cumplir el ejemplo del Señor Jesucristo, que San Pedro manifestó en uno de sus discursos recogido en los Hechos de los Apóstoles, cap. 10,38: “Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que PASÓ HACIENDO EL BIEN y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.
Te invito a que repases cómo es tu planteamiento de FE, para que puedas ordenar bien toda tu vida y avances en lo que es esencial en el caminar hacia el destino de eternidad que todos tenemos, como Dios nuestro Padre espera de cada uno de nosotros.
Y te pido ya, que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades de los Hermanos, para que se vean sostenidos por su maternal intercesión y guiados por los mejores caminos que necesiten. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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