Reflexión 14 de Noviembre

Buenos días.
En este prepararse para ‘bien morir’, hoy quiero plantear lo que es la SALUD ESPIRITUAL en sí misma, que ha de vivirse a nivel personal para poder proyectarla también hacia los otros.
La ESPIRITUALIDAD es una de las dimensiones del ser humano, de la persona, más importante, pues a través de ella la persona se desarrolla en la INTIMIDAD CON DIOS, su Padre y Creador.
La ESPIRITUALIDAD procura a la persona una sensibilidad suficiente como para saber distinguir perfectamente, lo que pertenece a este mundo y lo que es trascendente, lo que va más allá de la finitud de lo terreno, pues en definitiva ha de vivir en perfecta armonía la presencia responsable en este mundo, con todas sus exigencias, y lo que pertenece a la eternidad, para la que se prepara cada día, precisamente con los conocimientos de sabiduría que le procura la espiritualidad.
Para resumir, aunque volviéramos si fuera necesario desarrollar más los conceptos, la persona acepta el consejo evangélico del Señor Jesús, que le lleva a la intimidad con Dios su Padre, de donde parte toda la relación paterno – filial y filio – paternal que necesita.
Jesucristo en el Sermón del Monte dice: “Tú, en cambio, cuando ORES, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, QUE ESTÁ EN LO SECRETO, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis” (Mt 6,6-8).
La salud espiritual exige de la persona estar en la escucha de Dios, para poder vivir en su Amor y en su Voluntad.
Esta salud espiritual proporcionará a la persona el Don de la Sabiduría, con el que poder escrutar los Misterios del Reino de Dios y ver con la máxima claridad, el valor de esta jornada terrenal en relación con el supremo valor de la vida eterna en el Amor de Dios, esto es, en el Cielo.
Siendo de esta manera que se afanara por contribuir a la construcción de un mundo de justicia, paz y amor, desde los valores cristianos, algo que si siempre ha sido necesario, en los momentos que corremos tiene una mayor significación y urgencia.
La persona necesita ser religiosa, en los puntos que ayer se marcaban, pero ha de subir un peldaño más para ser ‘espiritual’, conocedor del Amor de Dios.
Para no extenderme más, San Pablo trata en sus cartas con profusión este tema de la ‘persona espiritual’, por lo que pondré alguna de sus citas para que las podáis consultar: Rom 15,27; 1 Cor 2,10-16; 12,1ss.; 14,1; 14,12; Gal 6,1; Ef 1,3ss.
Os deseo que de la mano del Espíritu Santo os abráis a la Gracia más y más, y siendo ‘espirituales’ podáis marcar camino a seguir en la vida propia, así como para AYUDAR también a los demás a ser 'espirituales' frente a la condición carnal de la persona, que la lleva por los caminos ciegos del materialismo egoísta, sin horizonte de pervivencia más allá de lo que Dios, en su insondable Providencia, tenga determinado para ella.
Pero ya sabes también que los Hermanos confían en tu oración, aunque sea breve, al buen Padre Dios, por todas sus necesidades espirituales, morales y materiales. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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