Reflexión 8 de Diciembre

Buenos días en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
Este es un día de júbilo por el designio divino de conceder a la Santísima Virgen el privilegio de ser concebida sin pecado original, inmaculada en su alma y en su cuerpo.
Al contemplar este gran hecho del que fuimos todos beneficiados, pues todos hemos gozado de su vida, de su sí al plan de Dios y de su maternidad divina, que nos envuelve al haberla recibido también nosotros como Madre al Pie de la Cruz.
Este es un día también de silencio y de oración, pues contemplar este gran Misterio de Amor y de Misericordia de nuestro buen Padre Dios, es algo que se necesita para vivir más serenos, humildes y pobres, a imitación de Ella.
Las palabras hoy sobran, por ello, más que ningún día, te pido que reces a la Virgen Inmaculada por todas las necesidades espirituales y materiales de los Hermanos, que en torno a Ella aquí nos encontramos hoy también en su Solemnidad. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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