Reflexión 7 de Diciembre

Buenos días.
Celebramos la Fiesta de San Ambrosio, Obispo de Milán. Nació en Tréveris hacia el año 340.
Su padre, que se llamaba también Ambrosio, era entonces prefecto de la Galia.  El prefecto murió cuando su hijo era todavía joven, y su esposa volvió con la familia a Roma.  La madre de San Ambrosio dio a sus hijos una educación esmerada, y puede decirse que el futuro santo debió mucho a su madre y a su hermana Santa Marcelina.
San Ambrosio cuyo nombre significa "Inmortal" es uno de los más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad. Cuando apenas tenía 30 años fue nombrado gobernador de todo el norte de Italia, con residencia en Milán, y posteriormente, fue elegido Obispo de esta ciudad por clamor popular. San Ambrosio se negó a aceptar el cargo pues no era sacerdote, pero se hicieron memoriales y el Emperador mandó un decreto señalando que el santo debía aceptar ese cargo.
Consciente de que ya no pertenecía al mundo, el santo decidió romper todos los lazos que le unían a él.  En efecto, repartió entre los pobres sus bienes muebles y cedió a la Iglesia todas sus tierras y posesiones;  lo único que conservó fue una renta para su hermana Santa Marcelina.
San Ambrosio, que se creía muy ignorante en las cuestiones teológicas, se entregó al estudio de la Sagrada Escritura y de las obras de los autores eclesiásticos, particularmente de Orígenes y San Basilio.
En sus estudios le dirigió San Simpliciano, un sabio sacerdote romano, a quien amaba como amigo, honraba como padre y reverenciaba como maestro.San Ambrosio combatió con tanto éxito el arrianismo que la erradicó casi por completo de Milán.
El santo vivía con gran sencillez y trabajaba infatigablemente. Sólo cenaba los domingos, los días de la fiesta de algunos mártires famosos y los sábados. El santo no asistía jamás a los banquetes y recibía en su casa con suma frugalidad.  Todos los días celebraba la misa por su pueblo y vivía consagrado enteramente al servicio de su grey;  todos los fieles podían hablar con él siempre que lo deseaban, y le amaban y admiraban enormemente.  San Agustín fue a verle varias veces, pues en su conversión tuvo una parte muy importante San Ambrosio.
La vida de este Santo es muy intensa y cargada de mucha luz para la vida cristiana; sus enseñanzas son igualmente importantes en todas las dimensiones de la vida, pero de una forma especial en sus comentarios de la Sagrada Escritura.
San Ambrosio es el Padre de la Mariología latina. Desde su sede milanesa, se convierte en el ardiente defensor de María como Virgen Inmaculada, siendo igualmente defensor entusiasta de la perpetua virginidad de María.
De su sabiduría se desprenden grandes enseñanzas, como por ejemplo ésta: “El que pregunta con mala intención no merece conocer la verdad”.
Hoy bien podremos rezar por las necesidades de los Hermanos, poniendo por intercesor a San Ambrosio de Milán.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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