Reflexión 4 de Septiembre

Buenos días en el Día del Señor.
El día 1 de septiembre recordé que comenzaba el mes dedicado a la escucha y meditación de la Palabra de Dios, qué día de la semana mejor que el domingo para dedicar un buen rato de nuestro tiempo para este encuentro con la Sagrada Escritura.
El evangelio se San Lucas, 14,25-33 es muy interesante para escuchar lo que quizás hoy te dice a ti, a mi y a cualquiera de los demás: "En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío…"
Exigencias muy fuertes para poder ser discípulos del Señor, pero que son completamente asumibles para vivir el Bautismo recibido que nos implicó participar del Cuerpo Místico de Jesús.
Son palabras que pueden resultar muy duras, pero si las lees, relees y meditas no las verás tal.
Escucha la Palabra y ábrete a la Gracia del Altísimo, verás cómo todo es muy sencillo.
Y no dejes de hacer, aunque sea breve, una oración al Señor Resucitado, para que venga en ayuda de todas las necesidades de los Hermanos que, bajo la Luz del Señor Resucitado, aquí nos encontramos de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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