Reflexión 30 de Septiembre

Buenos días.
El pasado día 1 de septiembre decíamos: “El día 30 de septiembre (hoy) la Iglesia celebrará la Fiesta de San Jerónimo, que nació en Dalmacia, cerca del año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín”.
E indicamos que “comenzamos este mes de septiembre mirando a la Sagrada Escritura, ya que este mes está dedicado a la Biblia”.
Pues asímismo queremos concluirlo.
El Libro del Eclesiastés en su capítulo primero dice: “Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol” (v 9).
Parece que al hombre contemporáneo le cuesta entender que esta Palabra de Dios sea verdad, ya que él mira todo el poderío conseguido por los avances tecnológicos, etc., y no da crédito a esta Palabra, pero en cambio en lo que respecta a la esencia de la vida humana: comportamientos, sentimientos y actitudes de las personas, ¿qué hay de nuevo? Las pasiones del corazón son las mismas e igual las pasiones de la carne, o sea, los pecados capitales.
Si hubiera un poco de humildad en la vida, las personas serían más sencillas y comprenderían que no es que sólo ‘nada haya nuevo bajo el sol’, sino que en la historia de las personas se repite siempre lo mismo, que invita a dejar a un lado prepotencias y ambiciones, para caminar con sinceridad y sabiduría.
Os dejo con el texto de ese capítulo 1,3-11 del Libro del Eclesiastés, para vuestra reflexión y oración: “¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que se afana bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, pero la tierra siempre permanece. Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir. Sopla hacia el sur, gira al norte, gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar. Todos los ríos se encaminan al mar, y el mar nunca se llena; pero siempre se encaminan los ríos al mismo sitio. Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó volverá a pasar; lo que ocurrió volverá a ocurrir: nada hay nuevo bajo el sol. De algunas cosas se dice: ‘Mira, esto es nuevo’. Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos”.
Reza en este día final del mes de septiembre al Padre Dios, Señor de la vida y de la muerte, con Fe y Esperanza en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es