Reflexión 14 de Septiembre

Buenos días en la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
En la Sagrada Liturgia hoy se nos ofrece una celebración muy significativa, pues se trata de poner sobre todo lo que fue y es el Misterio de la Santa Cruz.
En la Santa Misa se proclama el evangelio de San Juan 3,13-17, que dice: “Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
Cuantas sugerencias nos ofrece este texto del santo Evangelio en este mes dedicado a la escucha y a la meditación de la Palabra de Dios, pues simplemente podemos considerar estas ideas: ‘así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna’.
Dios ofrece todo lo más que puede como es entregar a su Hijo para que el que quiera aceptarle, creer en Él, tenga vida eterna. El problema es que en este mundo se empieza por no creer en la ‘vida eterna’, pues este hombre, orgulloso y sabido de sí mismo, que todo lo sabe y todo lo puede, no es capaz de ver más allá de lo más inmediato y, aunque sabe y ve que todas las personas llegan al fin de esta vida terrenal, no admite que después la vida sigue.
Dios quiere que el mundo se salve por Cristo, pero parece que ese mundo prefiere otra cosa diferente a la salvación que Cristo le da.
Ojalá que este día nos sirva a nosotros y a cuantos podamos ayudar  para reflexionar seriamente sobre la salvación que Cristo nos procuró en su entrega a la muerte y muerte en Cruz.
Pocas palabras se pueden agregar, pues con la simple lectura y reflexión de la Palabra del Señor, podremos ver el luminoso horizonte que tenemos ante sí con simplemente aceptar la Divina Revelación.
Hoy, mirando al Señor Jesús Crucificado, te pido reces con Fe y Esperanza pidiéndole la feliz solución para todos los problemas y necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es