Reflexión 27 de Septiembre

Buenos días.
En el Santoral encontramos hermanos nuestros que nos precedieron en la FE que son tan significativos que no debemos pasar por alto su Fiesta, para, al menos ese día, pararnos a conocerlos mejor y poder intentar imitar sus virtudes, además de pedir su intercesión ante Dios nuestro Padre.
Es el caso de hoy que la Iglesia celebra a San Vicente de Paul, aquel sacerdote francés del siglo XVII que fundó la Congregación de la Misión, llamados popularmente Misioneros Paúles, y que junto a Santa Luisa de Marillac fundó las Hijas de la Caridad.
Es una vida muy interesante, pues su conversión que se produjo siendo ya sacerdote, le llevó a entregarse a los pobres al estilo de lo que predicó y enseñó Jesucristo, de forma que es un buen modelo a conocer y a imitar, en la medida de lo que a cada uno su estado le permita.
En sus muchos sermones y escritos encontramos un pensamiento que para nosotros hoy es muy luminoso: “El ruido no hace bien; el bien no hace ruido”. Merece la pena analizarlo y darse cuenta que vivimos en una sociedad llena de ruido, mucha propaganda, mucho marketing, y luego…, como dice el Libro del Eclesiastés, 1,1: “¡Vanidad de vanidades! ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!”. En cambio, tantas personas entregadas a ayudar a los demás, preocupadas por su suerte, por su difícil situación o por las muchas dificultades que hay, no hacen ruido. Se esfuerzan, renuncian a muchas cosas para sí, y poder  ofrecérselas a los otros.
Hoy recemos con gran devoción a San Vicente de Paul para que nos enseñe a mirar por el pobre sin distinción, y poder mostrarle el rostro de Cristo lleno de Amor y Misericordia por él.
Y recemos también buscando su intercesión en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos reunimos en torno a María, la Virgen de la Medalla Milagrosa. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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