Reflexión 7 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de San Ambrosio, Arzobispo de Milán.
Es uno de los grandes Padres de la Iglesia del siglo IV; vivió y comunicó un gran amor por la Sagrada Escritura, que ha transmitido al paso de los siglos en importantes homilías, sermones y libros.
Fue como el eslabón definitivo para la CONVERSIÓN de San Agustín, que oyéndole dio el paso decisivo para seguir al Señor Jesucristo, y que bien sabemos cómo lo hizo y cómo se comprometió con la FE.
Conocemos de San Ambrosio una oración sencilla, confiada, y con un gran contenido espiritual que dice: “Señor, toma este corazón de piedra, y dame UN CORAZÓN DE HOMBRE: un corazón que TE AME, un corazón QUE SE ALEGRE EN TI, que TE IMITE y que TE COMPLAZCA”.
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, por tanto, ¿qué cosa puede haber más del agrado de Dios que ‘un corazón de hombre’ tal como Él lo creó?
Pero un corazón que no se pierda en los laberintos de este mundo tan artificial, como lo convierte el desorden y el pecado de los hombres, que lo llenan de ‘falsedades’ hasta desnaturalizarlo.
El corazón, cuando VIVE en su Dios y Señor, necesariamente es alegre, porque tiene por cierto que camina al ENCUENTRO, que esperamos particularmente en el Tiempo de Adviento.
Y así se esfuerza en imitar a su Señor Jesucristo, al que Ama y Espera, sin abandonar todos los trabajos que en razón de su estado ha de realizar con dedicación, siempre con la ‘tensión’ de contribuir a la construcción de los cielos nuevos y la tierra nueva, que San Pedro en la segunda carta nos indica: “Nosotros, según su promesa, ESPERAMOS unos CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA en los que habite la justicia. Por eso, queridos míos, MIENTRAS ESPERÁIS estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con Él, intachables e irreprochables” (2 Ped 3,13-14).
Qué importante es comprender el bien transcendental que tenemos entre manos si optamos por una vida honrada, honesta, justa y sólo dedicada a hacer todas las cosas conforme el ORDEN que Dios estableció en la Creación del mundo.
Ya en la Víspera de la Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la Virgen María, recemos hoy a Ella para que venga en ayuda de todos los Hermanos e interceda por sus intenciones y necesidades, sean del tipo que sean. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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