Reflexión 14 de Diciembre

Buenos días.
Inmersos ya en la tercera semana de Adviento, os ofrezco dos medios de oración para hoy.
En primer lugar la Oración con la que hoy reza la Iglesia, y los que con Ella lo hacemos en la Santa Misa o en la Liturgia de las Horas, dice: “ESCUCHA nuestra súplica, Señor, e ILUMINA las tinieblas de nuestro espíritu con la GRACIA DE LA VENIDA DE TU HIJO. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos”.
El otro camino de oración es el Salmo 114, que recitado con serenidad y desde el silencio del corazón, te puede ser muy elocuente.
“Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.
ME ENVOLVÍAN REDES DE MUERTE, me alcanzaron los lazos del abismo, caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: "Señor, salva mi vida".
El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: ESTANDO YO SIN FUERZAS, ME SALVÓ.
ALMA MÍA, RECOBRA TU CALMA, que el Señor fue bueno contigo: arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida”.
En el espíritu que os planteaba hace dos días, te pido que reces con Fe a nuestro Padre Dios, al menos un Padrenuestro, por las necesidades de los Hermanos, poniendo también las tuyas, si así lo quieres, en las intenciones de esta oración comunitaria. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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