Buenos días.
En este último día del año 2020, en la Octava de la Natividad del Señor, solamente caben un par de cosas.
Una, dar una vuelta a los doce meses vividos y ACEPTAR todos los errores cometidos; si causaron daño, intentar repararlo, pedir perdón y seguir hacia adelante. Igualmente, reconocer las muchas cosas buenas que se hayan podido hacer y vivir, ofreciéndoselas al Niño Dios como obsequio de la propia vida.
Y la otra, puesta a cero la propia conciencia, por el arrepentimiento sincero y humilde de todo cuanto se la haya manchado, ABRIRSE AL NUEVO AÑO 2021, de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, con la firme convicción de que hay que alcanzar de Dios, Padre Todopoderoso, su Misericordia para vernos libres de toda esta ESCLAVITUD que ha producido y produce la pandemia en tantos aspectos de la vida personal, familiar, social, etc.
Pero, además, también hoy se hace necesario que reces a la Sagrada Familia, con toda la intensidad posible, para que la Gracia del Altísimo cubra las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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