Reflexión 1 de Diciembre

Buenos días.
Atendiendo a que durante este ADVIENTO vamos a ir de la mano de la Palabra de Dios que nos ofrece la Santa Iglesia cada día, hoy os propongo dos textos para la reflexión.
El primero es de la lectura breve de las II Vísperas del Primer Domingo de Adviento, ayer: “Estad SIEMPRE ALEGRES EN EL SEÑOR; os lo repito, estad alegres. Que VUESTRA MESURA la conozca todo el mundo. El Señor ESTÁ CERCA”. (Flp 4,4-5).
Y el segundo texto corresponde al Evangelio de la Misa de hoy, Martes de la I Semana de Adviento, es de Lucas 10,21-24, que dice: “En aquella hora, se llenó el Señor DE ALEGRÍA EN EL ESPÍRITU SANTO y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y LAS HAS REVELADO A LOS PEQUEÑOS. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y AQUEL A QUIEN EL HIJO SE LO QUIERA REVELAR. 
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: ¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”.
Primera consideración: la ALEGRÍA que hemos de sentir, porque estamos ESPERANDO al Señor Jesucristo que viene, para lo que nos afanamos en VIVIR CON MESURA como nos recomienda el Apóstol San Pablo.
Segunda consideración: El Señor Jesucristo se LLENA de ALEGRÍA para bendecir, alabar y dar gracias a su Padre, porque ha ocultado las cosas sobrenaturales, las del Cielo, a los ‘sabios y poderosos’ de este mundo, para dársela a conocer a los ‘pequeños’.
Aquí tienes una llamada del Señor Jesús a que formes parte de esos ‘pequeños’. ¿Cómo? Siguiendo un camino de humildad, de sencillez, de pobreza de espíritu, de pureza de corazón, en definitiva, un camino en la CARIDAD.
Sólo por aquí se cumplirán en nosotros las palabras del Señor Jesús: ‘muchos profetas y reyes QUISIERON VER LO QUE VOSOTROS VEIS, y no lo vieron; y OÍR LO QUE VOSOTROS OÍS, y no lo oyeron’.
Hermanos, dejar a vuestro corazón que ESCUCHE la Palabra de Dios, que se deje ILUMINAR por ella, para poder AVANZAR al ENCUENTRO del SEÑOR QUE VIENE.
Mientras, no dejes de rezar hoy a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades de los Hermanos, ya sean materiales, físicas, morales o espirituales. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es