Reflexión 30 de Diciembre

Buenos días 
En este día VI dentro de la Octava de ña Natividad del Señor, la Santa Iglesia Católica reza así: “Dios todopoderoso, por este nuevo nacimiento de tu Hijo en nuestra carne, LÍBRANOS DEL YUGO con que nos domina LA ANTIGUA SERVIDUMBRE DEL PECADO. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Una vez más estamos ante una muy elocuente oración que nos pone ante la realidad humana, que tanto cuesta reconocer en muchas ocasiones.
A Dios Padre Todopoderoso le pedimos por el Nacimiento de su Hijo, ser LIBERADOS de la antigua servidumbre del PECADO.
Es necesario pararse a COMPRENDER lo que expresa esta oración, porque hay cosas que la persona, aun sin querer ni darse cuenta, las rechaza como ciertas; por ejemplo la servidumbre que conllevan tantas anomalías morales que acepta en su vida.
En toda la Historia de la Salvación hay una única VERDAD: Que Dios AMA al hombre sin límites; que sale a su ENCUENTRO constantemente; que actúa con él con absoluta LEALTAD y que siempre le reveló totalmente su PLAN DE SALVACIÓN en las diferentes etapas de la Historia.
Igualmente lo hizo en la ENCARNACIÓN DEL VERBO, y a través de la PALABRA HECHA CARNE, de su Hijo Jesucristo, en la última etapa de esta Historia de la Salvación, dejando totalmente claro su AMOR y las exigencias de este AMOR al que las personas hemos de responder.
Lo que ocurre, desgraciadamente, es que no terminamos de ACEPTAR las cosas tal cuales son, y así, engañados por el propio ORGULLO y SOBERBIA, buscamos en otros ‘caminos’ todo lo contrario a este AMOR SALVADOR, que visiblemente se nos muestra en este NIÑO DE BELÉN.
Y a partir de aquí, al Padre de la Mentira le es demasiado fácil seducir a la persona y llevarle por la ANTIGUA SERVIDUMBRE DEL PECADO, pues vivimos en unos tiempos, no sólo los de este año que termina, que también, en los que nos empeñamos en JUSTIFICAR todo lo que es contrario a la Ley de Dios, al Amor de Dios, y además, TODO se pretende arreglar exclusivamente con el poder humano, porque mirar hacia Dios exige una CONVERSIÓN que no estamos muy dispuestos a llevarla a cabo.
Sin perder la ALEGRÍA de estos días navideños, atendamos a la verdad del propio corazón, aceptemos que la fuerza humana llega hasta donde dan de sí sus posibilidades, y volvamos la mirada al único que es Todopoderoso, Dios, Uno y Trino: Padre, Hijos y Espíritu Santo.
Y con Fe y Esperanza, reza hoy también a la Sagrada Familia, para que venga en ayuda de las carencias de todos los Hermanos, confortándoles en sus necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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