Reflexión 27 de Diciembre

Buenos días en la FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.
Estamos en un día hermoso que produce sentimientos encontrados.
Contemplar la SAGRADA FAMILIA es un gran Don que no podemos desperdiciar.
Descubrir todos los aspectos de su AMOR MUTUO, la entrega de San José a María y al Niño, el gozo y la alegría de haber sido escogidos por Dios para cuidar y educar a su Hijo Jesús, la gran OBEDIENCIA a los designios del Padre Dios, el asumir todas las condiciones que rodearon toda su vida…, fueron los cimientos humanos sólidos sobre los que nació y creció el Mesías, el Redentor.
Pero por otro lado, nos encontramos que participamos de una sociedad que uno de sus ‘puntos de mira’ son precisamente atacar, desnaturalizar, destruir la familia en todo lo posible.
Precisamente estamos viviendo unos momentos, unos días, que ponen en evidencia lo que estamos diciendo. ¡Cuántos lazos familiares se han debilitado o rotos durante estas Fiestas de la Navidad, porque no se ha permitido la UNIDAD familiar!
Y lo que resulta muy triste es que se vea, en la mayoría de los casos, con total normalidad…, ’porque hay que preservar a los mayores’, ‘porque no se pueden reunir más de tantos o cuantos!, el que no esté prevaleciendo la FAMILIA, aunque luego cada cual cometa los excesos que tenga a bien hacer.
Hoy es un día muy comprometido para los discípulos del Maestro, pues ni el Señor Jesús ni sus Santos Padres, pueden estar contentos con el desastre generalizado que hay en torno a la esencia verdadera de lo que es la FAMILIA.
Y tampoco creo que Dios Padre Todopoderoso, Señor de la Vida y de la Historia, apruebe los comportamientos a veces tan estridentes que unos y otros cometemos.
En torno a la SAGRADA FAMILIA, reflexionemos seriamente, tanto a nivel personal como social y comunitario, y comprendamos la necesidad que tenemos de RECUPERAR los valores esenciales de la FAMILIA, trabajando cada uno, en la medida de sus posibilidades, por restablecerlos.
Aunque no parezca posible lograrlo, en nuestra Fe Católica sí lo es, porque lo que “es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lc 18,27), según nos enseña con firmeza el Señor Jesús.
Reza hoy, por favor, con gran confianza a la SAGRADA FAMILIA por todas las necesidades de las familias y sus necesidades de todos los que nos encontramos aquí cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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