Reflexión 15 de Diciembre

Buenos días.
El pasado día 8 de diciembre se cumplió el 150 Aniversario de que el Papa Pio IX declaró al Patriarca SAN JOSÉ, Patrono de la Iglesia Universal, ante “las graves y luctuosas circunstancias en las que se encontraba una Iglesia acosada por la hostilidad de los hombres”.
Para Celebrar este importante Aniversario, el Papa Francisco ha convocado el AÑO DE SAN JOSÉ, que ha de ser una fuente de Gracias para toda la Iglesia y para cada uno de sus miembros que sepan aprovechar este Jubileo.
Este Año de Gracia hemos de emplearlo para seguir el ejemplo de SAN JOSÉ, particularmente en el fiel cumplimiento de la Voluntad de Dios, del que dio un testimonio absoluto y acabado.
Como ocurre en estos Jubileos, se han concedido Indulgencias que se pueden lucrar para la purificación de los propios pecados o en beneficio de los fieles difuntos, lo que será muy bueno aprovechar estas Gracias, que en orden a los Méritos de Nuestro Señor Jesucristo concede la Iglesia.
Hecha esta introducción al Año Jubilar de SAN JOSÉ y del que tendremos ocasión de reflexionar más días, pasamos a fijarnos en la Oración con la que hoy, martes de la III semana de Adviento, reza la Iglesia.
“Señor y Dios nuestro, que por medio de tu Hijo NOS HAS TRANSFORMADO EN NUEVAS CRIATURAS, mira con amor esta obra de tus manos y, por la venida de Cristo, tu Unigénito, LÍMPIANOS DE LAS HUELLAS DE NUESTRA ANTIGUA VIDA DE PECADO. Por nuestro Señor Jesucristo”.
¿Tienes conciencia de que eres una NUEVA CRIATURA en virtud del Santo Bautismo?
Lo que supone reconocer la importancia de haber sido Bautizado en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y de lo que se sería si no se hubiera recibido el bautismo.
¿Eres consciente de la necesidad que tienes de ‘ser limpio de las huellas de la antigua vida de pecado’, por lo que necesitas rezar como la Iglesia nos propone?
En tanto meditamos las grandezas de la Fe recibida en el Bautismo, ya te pido que reces con buen espíritu y mejor deseo, hoy a SAN JOSÉ que como Padre y Custodio de la Sagrada Familia, entiende perfectamente todas las necesidades de los Hermanos, que nos reunimos aquí cada día en torno a su Santísima Esposa, la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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