Reflexión 18 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza.
María y José ya esperan el Nacimiento de su Hijo Jesús; viven en la EXPECTACIÓN de la llegada del Emmanuel.
Este título también responde a otra advocación de la Virgen: Nuestra Señora de la Expectación, que igualmente se contempla en este día del Adviento.
Hemos de ver a María y a José como personas normales, que viven los acontecimientos de sus vidas con la lógica actitud humana, en este caso, la Natividad de Jesús en la tensión alegre de esperar a un Niño, que nada menos que es el Mesías.
Por ello es un día gozoso si nos unimos a los sentimientos de la Virgen María en la ESPERA de su Hijo que llega.
Pero al mismo tiempo, queremos seguir iluminándonos con la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece hoy en la lectura breve de la Hora de Laudes, haciéndonos una llamada fuerte a ponernos en la vigilancia necesaria; dice San Pablo a los Romanos: “Ya es hora de DESPERTAROS del sueño, porque ahora nuestra salvación ESTÁ MÁS CERCA que cuando empezamos a creer. LA NOCHE ESTÁ AVANZADA, EL DÍA SE ECHA ENCIMA: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz” (Rom 13,11-12).
Durante todo este Tiempo de Adviento hemos estado viendo que la Parusía, la 2ª Venida del Señor, está cerca, pero al no saber en concreto cuándo será esto, hace que en nuestra mentalidad creamos que así ocurrirá, pero no lo percibimos como algo que pueda ser posible en nuestros días, por lo cual no vemos una URGENCIA que atender.
De esta manera, a todas las llamadas que se nos hacen a la CONVERSIÓN personal, no le imprimimos el sello de ineludible y urgente, por lo que creemos que atender otras cosas más inmediatas, es lo mejor.
Pero creo que merece la pena ESCUCHAR a San Pablo: “Ya es hora de despertaros del sueño”, el ‘sueño’ en el que nos colocan lo afanes del mundo, las ambiciones por las cosas, o sencillamente los egoísmos y pasiones del corazón y, quizás también, las de la carne.
Y todo esto es así “porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer”, por eso no se puede continuar con las “actividades de las tinieblas”, sino que hemos de caminar por los caminos de la LUZ con los medios, armas dice San Pablo, que tenemos: la Fe, la Esperanza, la Caridad, y todas las obras que se derivan de estas Virtudes Teologales.
Al amparo de nuestra Madre y Guía, mientras ESPERAMOS la llegada del Niño Dios, sigamos trabajando por la CONVERSIÓN personal que cada uno necesite, para que Jesús nos encuentre dispuestos a ser inundados por su LUZ y por su PAZ.
A la Virgen de la Esperanza la imploramos hoy para que ayude con su Amor maternal, a que todas las necesidades de los Hermanos alcancen la mejor solución. No faltes en esta oración, aunque sea pequeña y humilde. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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