Reflexión 9 de Septiembre

Buenos días
Ya hemos comentado alguna vez lo nociva que es la PEREZA para el desarrollo óptimo de la vida de cualquier persona.
Decía Jaime Balmes que “un hombre con pereza es un reloj sin cuerda”; esto es, que lo mismo que un reloj parado sin poder funcionar para nada sirve, la PEREZA ralentiza el ritmo y capacidad de la persona, pudiendo llegar hasta una paralización en su quehacer de cada día.
De los siete pecados capitales resulta curioso que a la PEREZA es al que menos importancia se le da, incluso no se tiene reparo ni vergüenza el reconocerse perezoso, siendo tan nocivo como cualquier otro, pues como se ha indicado más arriba, puede llevar a la persona a una desgraciada situación con repercusiones graves para su vida.
La PEREZA va arrastrando a la persona al clásico “luego lo haré, luego iré, luego…, luego…”, y al final se va quedando todo en el camino sin hacer.
Los demás perderán la confianza porque les defrauda al no cumplir ni la palabra dada, ni el compromiso adquirido, ni ningún estímulo que se le ponga por delante.
Pero debemos considerar también que PEREZA no sólo la tiene el otro, sino que al ser algo muy frecuente en la vida humana, no se le da gran importancia y se puede estar conviviendo con ella casi sin darse uno cuenta.
Con PEREZA, aunque sea poca, es imposible abordar empresas importantes, porque por pequeña que sea impide el esfuerzo, el sacrificio, la perseverancia, tan necesario todo esto y más, para sacar adelante un proyecto serio.
Esta cuestión de la PEREZA bien merece escrutarla en uno mismo, precisamente para sacudir todo lo que pueda impedir estar a la altura de cada situación o momento.
A la hora de hacer reflexión o examen acerca de la PEREZA EN UNO MISMO, se ha de tener en cuenta que puede afectar a la vida entera, estando presente en cualquier cosa, como puede únicamente afectar a cuestiones concretas, que haría más difícil identificarla pero que sería igualmente nociva, pues si no se reconduce, poco a poco irá afectando a más aspectos de la propia vida.
En resumen, hay que identificar la posibilidad real de ser perezoso, para poder atacar con la virtud correspondiente: ‘contra pereza, diligencia’.
Hay que darle el valor y la importancia que tiene como pecado capital que es, contrario por definición a una vida en la FE, como exige el Bautismo, y en el momento presente la CONVERSIÓN que hemos de buscar y llevar a cabo todos, si queremos que esta pandemia y sus consecuencias directas e indirectas, que se están manifestando en aspectos diversos y prácticamente todos graves, no nos termine llevando por delante del todo.
Animo en esta empresa de buscar una vida según el AMOR DE DIOS, que tanto bien hace a quien la vive y a los que le rodean.
Con PEREZA tampoco se puede rezar, aunque sólo sea un padrenuestro, por las necesidades de los Hermanos. Véncela aunque solo sea unos minutos para pedirle a María, nuestra Madre y nuestra Guía, que alcance todas las gracias necesarias para resolver esas necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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